domingo, 23 de diciembre de 2012

Capítulo 18.

Todo pasó demasiado rapido.
El puñetazo de Juanjo a Raúl, Anne metiéndose en medio. La bofetada de Juanjo a Anne, sin querer o queriendo, quién sabe.
Raúl golpeando a Juanjo, y las chicas agarrando a Anne, inconsiente, con una parte de la cara roja.
Anne recuerda pasar una de las peores noches de su vida.
Tuvo suerte de dormir en casa de Carla, porque la parte derecha de su cara estaba roja, su ojo inchado y de un color morado que a sus amigas no les gustó nada.
- Estoy bien. - les decía Anne cada vez que ellas le proponían ir al médico a que le mirasen el ojo - Sólo está un poco inchado por el golpe, pero está bien.
De echo, su ojo estaba mucho mejor que ella por dentro.
¿Por qué Juanjo había echo eso? Anne no dejaba de preguntárselo, pero era incapaz de intentar hablarlo con cualquiera de sus amigas.
- Anne, ¿el chico con el que se pegó Juanjo era Raúl?
Levantó la cabeza y vio los ojos de sus amigas clavados en ella, esperando una explicación.
- Sí, era Raúl.
- ¿ Y qué pasó, Anne? Cuando te miramos iba a besarte, y luego llegó Juanjo y...bueno, ya sabes.
Anne no pudo aguantar más y se puso a llorar.
Le explicó a sus amigas todo lo que sentía, que en realidad ella sólo veía a Juanjo como un amigo, y que sin conocerle, se había enamorado de Raúl. Les contó todo lo que Raúl le había susurrado al oído, y lo feliz que se había sentido durante unos minutos.
Y derrepente, a Anne le recorrió una oleada de ira por todo el cuerpo. Una ira que iba dirigida a una persona: a Juanjo.
- ¡Me ha estropeado el mejor momento de la noche! Y por encima, mirad mi ojo, ¡casi no puedo ni tocarle! ¿Qué se cree? ¿Que puede ir pegando leches por ahí a diestro y siniestro? ¡Ese chico es retrasado mental!
Estuvieron hablando hasta altas horas de la madrugada, y cuándo Anne pudo conciliar el sueño, ya aparecían los primeros rayos de sol.
Ese día durmieron hasta tarde, y para alegría de Anne, la inchazón de su ojo había bajado considerablemente, aunque el color morado de la noche anterior se había convertido en negro.
- Llamad a vuestros padres - dijo Clara mirándolas a todas - de que os quedáis hasta mañana. Así me hacéis compañía y miramos de arreglarle la cara a Anne.
- ¿Me estás llamando fea?
- Algo así.
Toda la tensión de la noche anterior se había esfumado, y las cinco amigas empezaron a hacerse bromas y a reírse como si la pelea de la noche anterior sólo fuese un mal sueño.
- Clara, ¿me dejas tu portátil?
- Claro, Anne, ya sabes que mi casa es tu casa. Ve tú a por él mientras preparo la comida con estas petardas, está encima de la cama.
Anne fue a la habitación y encendió el ordenador. Accedió a su cuenta en tuenti y, a parte de comentarios en el tablón y fotos tenía cuatro mensajes privados, dos de Raúl, y dos de Juanjo.

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