sábado, 10 de noviembre de 2012

Capítulo 17.


A las diez menos cinco llegaron al bar del padre de Carla.
Había buen ambiente, jóvenes de catorce a veintiocho años estaban esperando a que el grupo, llamado Atentos al Atentado, empezase a cantar.
Según habían leído las chicas, era un grupo de Pop-Rock, por lo que, sobre todo Laura, a la que le encantaba ese tipo de música, estaba emocionadísima.
Cuándo los chicos salieron a cantar, las chicas se quedaron sin habla.
-¡Son guapísimos! –Dijo Marga solo verles
- Y tanto que lo son. - Le contestó Laura sin parar de mirarles.
La música empezó a sonar. Y con ella, todas las personas de la sala empezaron a bailar.
Y entonces empezó a notarse que todos se estaban liberando, que todos lo necesitaban, todos necesitaban olvidar algo.
Un amor.
Una mala nota.
O un examen que tenían a primera hora el Lunes.
¿Y Anne? Ella también estaba olvidándolo todo, ¿pero olvidando el qué? 
¿A Juanjo? 
¿A Raúl?
Ella se estaba liberando, ¿pero de qué?
Tras seis canciones, hicieron un pequeño descanso, y las chicas decidieron ir a la barra a pedir algo.
Por el camino, Anne le vio, y sólo eso, él la miraba.
Raúl estaba ahí, en medio de toda la gente, mirándola a ella.
Su corazón empezó a latir con fuerza, y no pudo hacer nada más que girar la cara y mirar para otro lado.
Cinco minutos después, la música volvió a sonar, y ella volvió a liberarse, pero no de esa mirada. 
Cuándo el grupo empezó a tocar una versión de With Me de Sum 41,Anne empezó a mover la cabeza haciéndo círculos.
Le encantaba esa canción, la volvía loca. Siempre había deseado que alguien se la dedicase.
Y mientras Anne pensaba en todo eso, sintió que alguien le abrazaba por la espalda y le susurraba al oído 'no he dejado de pensarte desde el mismo momento en el que nuestras miradas se cruzaron'.
Se dio la vuelta y ahí estaba, espectacular, como siempre.
- Pero si no me conoces. - Le susurró Anne.
- ¿Hace falta conocer a alguien para enamorarse de su mirada?
¿En serio esto está pasando? se preguntaba Anne a cada segundo.
Pero si, era real, y él estaba delante de ella, serio pero con un brillo especial en los ojos. Mirándola, bailando con ella, acariciándola.
Pero toda gloria es efímera, todo se esfuma como el agua entre los dedos de una mano, por mucho que intentes retenerla se acabará escurriendo; y cuándo Raúl iba a besarla para poner un precioso final a esa noche, con With Me de fondo, llegó Juanjo.

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